Se acerca el otoño y, con él, los cambios de horarios, rutinas y hasta de estilo de alimentación, ya que con el cambio de temperatura nos iremos olvidando de los platos más frescos, que darán paso a elaboraciones más calientes y contundentes, como las exquisitas cremas o potajes.
Por ello, el madrileño restaurante Sagasta 28 Bistró ha querido recopilar una serie de alimentos que maridan a la perfección con el otoño y que nos ayudarán a planificar los mejores menús diarios para esta época del año.
Calabacín y calabaza. Este tipo de verduras se caracterizan por su alto contenido en agua y su bajo aporte, tanto en calorías, como en hidratos de carbono. Estas características las hace perfectas para que sean el acompañante de cualquier plato.
Espinacas. La espinaca es la planta perfecta para incluir en dietas que combaten la obesidad, ya que posee muy pocas calorías y, además, un elevado poder saciante. Asimismo, por sus propiedades y composición ayudan a aliviar el estreñimiento a la vez que aportan hierro.
Setas. Las setas destacan por su elevado contenido en proteínas de valor biológico, aunque también son ricas en hierro, fósforo y potasio, todos ellos minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Espárragos trigueros. Los espárragos trigueros son el alimento más diurético de la dieta mediterránea. Recomendables, sin duda, para personas que sufren de retención de líquidos. Además, permiten una gran cantidad de combinaciones, revueltos, como acompañamiento de pescados y carnes, etc.
Lechugas, escarolas y endivias. Las ensaladas resultan una opción perfecta cuando no se tienen ganas de cocinar o cuando lo que uno quiere es cuidarse. La lechuga, las endivias o la escarola suelen ser la base de la mayoría de las ensaladas; además, la lechuga es rica en antioxidantes y el mejor alimento del que echar mano cuando se quiere perder peso. Asimismo, como es un alimento que no aporta casi calorías, podemos emplearla tanto en platos sencillos como en las guarniciones de otros más elaborados.
Pescados azules. Los pescados azules son muy ricos en Omega 3, por lo que resultan buenos para el corazón y también para la concentración de la mente. Son recomendables para mantener unos huesos fuertes y, además, contienen multitud de antioxidantes, mientras que las vitaminas B y C son muy buenas para el sistema nervioso.
Frutos secos. Son alimentos de los que no conviene abusar, ya que contienen una gran cantidad de calorías, pero a su vez aportan fósforo, hierro, nutrientes y vitaminas que, consumidos con moderación, vienen muy bien al organismo.
Legumbres. Las legumbres son la base de la cocina mediterránea y son ricas en hierro, magnesio, calcio y fósforo. Las solemos tomar en platos calientes y potajes, pero mezclarlas en ensaladas también pueden resultar una muy buena opción.