El Centro de Negocios de FENAVIN 2017 es un continuo ir y venir de gente, una pequeña torre de Babel donde en pocos metros puedes escuchar idiomas como chino, japonés, inglés, e incluso turco. Las azafatas no paran de atender toda clase de preguntas y los ordenadores siempre están ocupados y siempre hay algún rezagado que aprovecha los sofás para descansar un rato de las largas horas recorriendo los stands, en busca del vino deseado.