En 2016, los precios del aceite de oliva en origen estuvieron, por segundo año consecutivo, por encima del umbral de la rentabilidad para los productores, tras años de bajas tarifas. Esa presión tarifaria y en márgenes se ha trasladado a los embotelladores, situados entre mayores precios de compra de los graneles y la inercia bajista ejercida por las cadenas, en buena medida con su MDD.