El 70 % de los clientes accede a los restaurantes a través del “umbral digital”. Así lo recoge el informe “Hacking the restaurant experience” elaborado por Reimagine Food en colaboración con Makro.
Y es que la inteligencia artificial, la robótica y el big data serán los ingredientes de la restauración del futuro.
Una de las conclusiones del informe apunta a que los cambios de hábitos motivados por los ritmos de vida actuales, la fuerte penetración de teléfonos inteligentes y el auge de la economía colaborativa están empujando al sector de la restauración hacia la digitalización. Esta transformación afecta a “aspectos básicos” del restaurante, desde la gestión a la experiencia gastronómica.
Clientes del presente y del futuro
Como ejemplo, cita el peso de las redes sociales y las plataformas de reservas online que “han ganado un enorme peso en el sector durante los últimos cinco años”. En este sentido, “el cliente es cliente desde mucho antes de entrar en el local y también mucho después de abandonarlo”. Y es que la experiencia gastronómica se ha multiplicado en tres momentos clave: captación, consumo y reputación.
El documento destaca también “el boom de la ‘uberización’ de la alimentación que ha traído consigo la extensión del servicio de comida a domicilio“. De esta manera, el restaurante deja de tener una única localización para trasladarse a casa de cada cliente.
Además, se analizan las soluciones novedosas que se van implantando poco a poco, desde cartas digitales interactivas, que permiten descubrir el origen de los alimentos o consultar las calorías de un plato, a sistemas de pago a través del móvil.
El CEO de Reimagine Food, Marius Robles, vaticina que en un futuro próximo “la inteligencia artificial, la robótica y el big data irrumpirán en los restaurantes”. De esta manera, se podrán personalizar los menús en base, por ejemplo, a las necesidades nutricionales.
Aún así, esto no supondrá la desaparición de locales tradicionales, sino que en el futuro convivirán, a su juicio, tres tipos restaurantes. Por un lado, los “inteligentes”, con un alto componente tecnológico. También los de rendimiento, muy funcionales y con un claro foco en la personalización. Y no desaparecerán los de placer, donde el objetivo será simplemente disfrutar.