Solo en España contamos con 315 variedades de pan, algunas de ellas con gran tradición y propias de determinadas zonas geográficas, como son los panes denominados IGP, lo que colabora a enriquecer la cultura gastronómica de nuestro país.
En la actualidad la opción más consumida es la barra o pistola, en segundo puesto estaría la baguette (de origen francés) y a continuación se posicionaría la chapata (procedente de Italia) querivalizaría en ese puesto con el tradicional pan de Payés, típico de la zona de Cataluña.
Este último forma parte de los cuatro panes españoles que cuentan con la calificación de Indicación Geográfica Protegida (IGP), al que se suman el pan de Cea, pan de Alfacar y pan de Cruz. Bajo esta denominación se recogen aquellos productos que provienen de un lugar determinado y se exige, que una cualidad o característica determinada pueda atribuirse únicamente al origen geográfico.
Pan de Cea
Característico por su calidad, su forma artesana de elaboración y su presentación, siempre envuelto en un papel numerado. Este pan se elabora con harina de trigo en San Cristóbal de Cea, provincia de Ourense (Galicia).
Resulta idóneo dentro de la gastronomía gallega para acompañar sus platos típicos con los que marida a la perfección, como por ejemplo el caldo gallego, pulpo “a feira” o lacón.
Pan de Payés
Es un pan redondo, de aspecto rústico, corteza crujiente y miga con mucho alveolo de gran tamaño. Este pan que abarca el pan artesano tradicional elaborado desde hace más de 100 años en Cataluña, cuenta con gran aroma y sabor, así como cierta acidez. Se consume para hacer tostadas, y acompaña cualquier plato o salsa.
Pan de Cruz
Propio de Ciudad Real (Castilla – La Mancha), se trata de una hogaza compacta y densa de trigo candeal, con corteza lisa, en cuya cara superior tiene dos cortes perpendiculares entre sí, en forma de cruz, de donde le viene la denominación. Es el típico pan castellano blanco ideal para tomar con huevos fritos, para preparar unas migas castellanas, o para disfrutar con platos tradicionales de la zona como el tiznao o el gazpacho manchego.
Pan de Alfacar
Se elabora tradicionalmente con una base de harina de trigo, masa madre natural, agua del manantial de Alfacar (Granada), levadura de panadero y sal. El resultado es un pan de color dorado por fuera y blanco en su interior, que resulta muy suave de gusto y es excelente para tomar con el bacalao, la cazuela de Pascua, las gachas, el choto con ajos o el cordero a la brasa que se prepara en este municipio.