En la actualidad, el pan de pita es un alimento cuya presencia en la gastronomía española es cada vez más frecuente y que se remonta a hace miles de años. Es considerado como uno de los panes más antiguos de la Humanidad.
Su procedencia se atribuye a Oriente Medio, concretamente a Egipto, pero también se relaciona con regiones de Grecia, India y África. Dependiendo de la zona es utilizado de una manera u otra por ejemplo, en África se emplea como una especie de tenedor para llevar la comida a la boca; en lugares más cercanos al Mediterráneo se usa como si fuera un platillo que sostiene y soporta el resto de los alimentos.
Elaborado a partir de harina, levadura, aceite y sal, el pan de pita es muy valorado desde la antigüedad por sus propiedades nutricionales. Se caracteriza por tener niveles bajos de grasa y azúcar, y al igual que otros alimentos preparados a base de cereales es muy nutritivo y contiene proteínas, hierro y las tres principales vitaminas B (tiamina, niacina y riboflavina). Además, los carbohidratos complejos que se encuentran en el trigo con el que está hecho son una fuente importante de energía.
También destacaríamos su versatilidad en la gastronomía del mundo. En Grecia es típico comerlo con queso, con espinacas y patatas; en Bosnia se toma con huevo y en Colombia se rellena de comidas tradicionales del país como el kibbe, arroz con almendras o la panocha dulce barranquillera.