Las frutas climatéricas son las que pueden seguir madurando una vez recolectadas. Es el caso de las manzanas, peras o plátanos. Si se compran verdes, se puede esperar a que alcancen su punto de maduración ideal. Mira cuáles son las que más utilizamos.
Las frutas denominadas climatéricas son aquellas que pueden seguir madurando una vez recolectadas, caso de las manzanas, peras o plátanos. Si se compran un poco verdes, se puede esperar a que alcancen su punto de maduración ideal.
Por el contrario, las frutas no climatéricas, como los cítricos, cerezas, fresas, piña o uvas necesitan madurar en la propia planta hasta alcanzar su madurez óptima. Si se recogen verdes, se pudrirán sin haber llegado a madurar.
En el caso de las frutas climatéricas, antes de recoger el fruto se calcula el tiempo de transporte, almacenamiento y distribución, por lo que se recoge la fruta bastante antes de su maduración, que debería completarse en un almacén bajo condiciones controladas de temperatura y humedad.
Las frutas climatéricas más comunes en los establecimientos españoles son: aguacate, albaricoque, chirimoya, ciruela, kiwi, manzana, melón, melocotón, pera, plátano, tomate y sandía.
Aguacate (junio-octubre)
• Cuando está en su punto óptimo ha de ser blando al presionarlo ligeramente con el dedo.
Albaricoque (mayo-agosto)
• Los frutos verdes van adquiriendo sabor y color si se conservan a 20 ºC dos o tres días. Su maduración se acelera al juntarlo con manzanas. Una vez maduros es aconsejable guardarlos en la nevera.
Chirimoya (octubre-diciembre)
• Está en su punto óptimo de consumo cuando la piel se pone tierna, pero no blanda. Luego se va ennegreciendo y cede a la presión del dedo, y la pulpa pasa de color blanco a marfil.
Ciruela (junio-agosto)
• Se conservan bien en casa dos o tres días después de comprarlas. Si están muy verdes, se pueden dejar madurar unos días a temperatura ambiente. No serán más dulces, pero la pulpa ablandará.
Kiwi (octubre-marzo)
• Su maduración es muy lenta y para favorecerla el kiwi puede mezclarse con otros frutos en maduración durante una semana. Los frutos maduros se conservan en casa unos 6 o 7 días a 4 o 5 ºC.
Manzana (todo el año)
• En su punto óptimo de consumo su carne es firme y la piel sólo se arruga ligeramente al presionarla. Si se recoge muy verde, se puede acelerar la maduración con una temperatura de conservación mayor.
Melocotón (mayo-septiembre)
• Cuando está verde tiene aspecto lanoso y se puede dejar un par de días a temperatura ambiente. No aumentará su dulzor, pero mejorará su olor, sabor y gusto. El tono anaranjado significa que está listo para consumir
Melón (junio-septiembre)
• Si está maduro debe resultar pesado en relación a su tamaño. Huele bien, sin ser el olor demasiado intenso. Si huele un poco a 'medicamento' es señal de que está pasado, y si al sacudirlo se escucha un chapoteo, también.
Pera (julio-noviembre)
• Presentan mejor calidad cuando se cosechan ligeramente verdes. Pueden madurar manteniéndolas al menos una semana a más de 20 ºC. Para acelerar el proceso, se pueden juntar con otros frutos que también estén madurando.
Plátano (todo el año)
• Si no está maduro, la pulpa resulta dura, poco jugosa, insípida y muy áspera. Se puede acelerar la maduración juntándolo con peras y manzanas que estén madurando. En el frigorífico la piel se pone negra, aunque por dentro no se daña.
Sandía (junio-agosto)
• La mancha clara es parte de la corteza, no un síntoma de madurez. Se trata de la parte de la fruta que ha estado en contacto con el suelo durante su crecimiento. Para saber si está madura, se debe colocar la pieza junto al oído y apretarse un poco. La pulpa debe crujir.
Tomate (octubre-junio)
• Si está verde no debe guardarse en la nevera. Para madurarlo se debe mantener a 20 ºC y protegido de la luz y de la humedad.