Comprar en el supermercado

Aunque las nuevas tecnologías van ganando terreno como herramienta de compra independientemente de la edad del cliente, aunque por supuesto hay matizaciones, existe un sector en el que este tipo de operaciones no son las habituales. Una de las matizaciones sobre la adquisición de alimentos a través de internet es que la edad y la cantidad de veces que se compra son valores inversamente proporcionales, disminuye su uso según aumenta la edad. Los estudios sobre el gasto alimentario de la población demuestran que los consumidores prefieren realizar la compra en los supermercados.

Aunque las nuevas tecnologías van ganando terreno como herramienta de compra independientemente de la edad del cliente, aunque por supuesto hay matizaciones, existe un sector en el que este tipo de operaciones no son las habituales. Una de las matizaciones sobre la adquisición de alimentos a través de internet es que la edad y la cantidad de veces que se compra son valores inversamente proporcionales, disminuye su uso según aumenta la edad. Los estudios sobre el gasto alimentario de la población demuestran que los consumidores prefieren realizar la compra en los supermercados.

El ‘Informe del Consumo de Alimentación en España’ indica que el 29.2% de los consumidores eligen estas superficies para realizar la compra de alimentos que serán consumidos en casa. A la hora de gastar en alimentación fuera del hogar prefieren hacerlo en restaurantes con servicio de mesa, con casi un 16% del total, seguido de cerca por los establecimientos de servicio rápido o barra.

Por otra parte este informe ofrecido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no dejaba buenas noticias al sector alimentario español el pasado 2014. El estudio muestra un descenso generalizado del gasto en manutención de los hogares españoles del 3,2%. ¿A qué puede deberse esta nueva situación? El informe nos revela que uno de los factores de mayor importancia está localizado en la disminución de la población y de los clientes potenciales como consecuencia. A partir de aquí podemos deducir que esta disminución de la población tiene dos partes importantes: nacimientos y defunciones.

La primera parte nos da a entender que si hay una menor natalidad hay menos hogares con niños por lo que el consumo especializado para este segmento cae con mayor notoriedad. La segunda parte también produce un cambio importante en el consumo alimentario ya que al haber más defunciones cae el consumo asociado a este sector de la población. Todo esto se resume en que el consumo alimentario disminuye porque de igual manera el tamaño medio de la familia española lo ha hecho. <

Como características de los consumidores en el 2014 a la hora de llenar su cesta de alimentos hay que resaltar una búsqueda más exhaustiva de calidad en los productos, buenos precios para no sobrepasar el presupuesto y una proximidad/cercanía de los establecimientos de compra. Asimismo, se puede terminar destacando el creciente sentimiento de fidelidad hacia determinadas marcas y el aumento de listas para una compra responsable.